DIA 38

Día 38:

 

PERDONANDO

 

Cita para memorizar: Marcos 11:25

“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.”

 

Ninguna persona que te lastimó podrá pagarte por los daños emocionales o físicos que has sufrido. Solo Cristo puede sanar tus heridas. Pero para que esas heridas no te lastimen de por vida, necesitas perdonar al que te lastimó, déjalo libre pues solo te ha traído amargura, odio, desprecio y dolor. Esto será lo más difícil, porque tienes el hábito de dañarte constantemente, pero libérate de esos pensamientos torturadores y perdona a tus padres, familiares, o amigos que te han lastimado. Incluso de ser necesario perdónate a ti mismo.

 

Cita para reflexionar:

 

“Al terminar el Padrenuestro, añadió Jesús: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”. El que no perdona suprime el único conducto por el cual puede recibir la misericordia de Dios. No debemos pensar que, a menos que confiesen su culpa los que nos han hecho daño, tenemos razón para no perdonarlos. Sin duda, es su deber humillar sus corazones por el arrepentimiento y la confesión; pero hemos de tener un espíritu compasivo hacia los que han pecado contra nosotros, confiesen o no sus faltas. Por mucho que nos hayan ofendido, no debemos pensar de continuo en los agravios que hemos sufrido ni compadecernos de nosotros mismos por los daños. Así como esperamos que Dios nos perdone nuestras ofensas, debemos perdonar a todos los que nos han hecho mal. DMJ 97.1

Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. 

El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.

Dios se dio a sí mismo en Cristo por nuestros pecados. Sufrió la muerte cruel de la cruz; llevó por nosotros el peso del pecado, “el justo por los injustos”, para revelarnos su amor y atraernos hacia él. “Antes—dice—sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” El Discurso Maestro de Jesucrito.

Puntos de oración:

 

  • La unción del Espíritu Santo.

  • Orar por familiares, amigos, vecinos u otra persona que usted quiere que sean salvos.

  • La trasformación del carácter personal.