DIA 20

Día 20:

INTERCESIÓN

 

Cita para memorizar: Efesios 1:16

“no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,

Hay poder en la oración y a nuestra mente pueden venir muchos nombres: padres, hijos, hermanos, familias, amigos, vecinos, compañeros, y hasta enemigos. Aparta un tiempo de tus oraciones especíalmente para interceder por otros; algunos estarán durmiendo, otros dirigiéndose a su trabajo, y los más importantes estarán en tu propia casa. Anota los nombres en tu cuaderno devocional.

La oración por otros:

Esforcémonos para caminar en la luz así como Cristo está en la luz. El Señor quitó la aflicción de Job cuando él oró no solo por sí mismo sino por los que se le oponían. Cuando deseó fervientemente que se ayudara a las almas que habían pecado contra él, [entonces] él mismo recibió ayuda. Oremos no solo por nosotros mismos sino también por los que nos han hecho daño y continúan perjudicándonos. Orad, orad sobre todo mentalmente. No deis descanso al Señor; pues sus oídos están abiertos para oír las oraciones sinceras, insistentes, cuando el alma se humilla ante él.—Comentario Bíblico Adventista 3:1159, 1160

 Debéis ser el instrumento por medio del cual Dios hable al alma. Se os recordarán cosas preciosas, y con el corazón rebosante del amor de Jesús, hablaréis palabras de vital interés e importancia. Vuestra sencillez y vuestra sinceridad constituirán vuestra mayor elocuencia, y en los libros del cielo se registrarán vuestras palabras como oportunas, semejantes a manzanas de oro con figuras de plata. Dios las transformará en una corriente de influencia celestial, despertará convicciones y deseos, y Jesús añadirá su intercesión a sus oraciones, y pedirá para el pecador el don del Espíritu Santo, y lo derramará sobre su alma. Y delante de los ángeles de Dios habrá gozo por un pecador que se arrepiente.—Hijos e Hijas de Dios, 276

 Puntos de oración:

  • La unción del Espíritu Santo.
  • Que Dios ocupe el lugar más importante en el corazón de cada Familia de la Iglesia.
  • Orar por nuestros hijos  para que tengan una relacion personal con nuestro Señor Jesus, sean valientes, integros, tomen sabias decisiones: Si nuestros hijos no tienen la valentía suficiente, no podrán enfrentarse a los retos que día a día tenemos que superar. Ellos deben tener fortaleza emocional, física y también espiritual.